¿Qué es la musicoterapia?

En el mundo de las terapias nos encontraremos con la musicoterapia como una idea innovadora para incluir el sentido auditivo en pro del bienestar personal. Este tipo de herramienta terapéutica ha sido científicamente sustentada en el pasar de los años y los resultados de sus beneficios son totalmente cuantificables.

Además, se ha encontrado a la musicoterapia como un factor influyente en la reducción del estrés, la mejora de habilidades de comunicación y más. Así, se ha convertido en una estrategia infalible para el tratamiento de personas con autismo y aquellos que presenten altos niveles de ansiedad y estrés.

Una de las grandes ventajas de esta técnica radica en la diversidad de su aplicación. Es decir, si bien se trata de incluir el estímulo musical, también implica explorar distintos medios para lograrlo. En este sentido, podremos escuchar música, hacer música, bailar con la música y cualquier tipo de reacción que nos provoque la melodía.

Introduciendo la musicoterapia en nuestras vidas

Desde el enfoque profesional, la musicoterapia se define como una intervención médica, profesional y educativa por medio de la música. Con esto, debemos establecer que la aplicación de esta herramienta debe estar dirigida por un profesional para obtener los resultados adecuados.

Dado que lo que se busca con la música en el ámbito terapéutico es la activación de distintas áreas cerebrales, aprovechando las melodías y tonos. De esta manera, la terapia musical sirve para mejorar las áreas de las que se encargan dichas áreas cerebrales.

Por ejemplo, al activar el lóbulo frontal, estaremos estimulando nuestra zona cognitiva, de aprendizaje y atención; habilidades altamente significativas en las primeras etapas del desarrollo humano. Asimismo, se activa el resto del cuerpo por medio de las respuestas físicas que genera la música en cada persona.

Los beneficios que puede traer la terapia musical

Cuando se habla de tipos de terapias la lista de opciones es extensa y completa, podremos encontrar muchas herramientas sustentadas por distintas corrientes psicológicas. Con frecuencia, la terapia cognitiva conductual es una de las elecciones predilectas. Sin embargo, este tipo de terapia incluye un componente verbal significativo en la eficiencia del proceso.

En los casos en donde la habilidad verbal se vea comprometida por un motivo u otro, la musicoterapia es una opción ideal. En este sentido, uno de sus principales beneficios es la adecuación a personas con necesidades individuales. Esto permite que se trabajen funciones como la memoria, la coordinación, el lenguaje y otras habilidades sin que tengamos que hablar.

Por su parte, en pacientes cuyas habilidades de comunicación no están comprometidas, la musicoterapia ofrece el beneficio de desarrollar la creatividad. Además, los logros asociados a crear una obra musical, una coreografía o aprender algún tipo de instrumento ayudan a aumentar nuestra autoestima y satisfacción personal.

Finalmente, otro beneficio de la musicoterapia es la posibilidad de explorar emociones difíciles de afrontar. Asimismo, al valerse de las melodías y tonos, permite la relajación muscular y la reducción de la actividad cerebral, lo que disminuye la ansiedad y el estrés.

Variaciones de la musicoterapia que podemos intentar

En esencia, se debe establecer qué queremos trabajar por medio de la musicoterapia y considerar el tipo que mejor se adapte a nuestros objetivos. En este sentido, las melodías cuentan con distintos elementos que tienen determinado impacto en las personas, estos son:

• Los tiempos suaves trasmiten tranquilidad, mientras que los rápidos resultan apasionantes.
• Aumenta o reduce la actividad motora.
• Armonía. Se refiere el conjunto de sonidos y el efecto dependerá del objetivo terapéutico.
• Responde al volumen de la música y la adecuación a cada persona.
• Instrumentalización. Cada instrumento musical se asocia a determinadas emociones, los de cuerda suelen tener sonidos más melancólicos y los de viento sonidos alegres.

Al tener en cuenta estos factores y las habilidades del paciente, el especialista establecerá un tipo de musicoterapia. Esta puede ser de composición, recreación, escucha o improvisación. Por su parte, como pacientes, al tener nuestro objetivo establecido, podremos dirigir la terapia musical hacia el beneficio que buscamos.

Ha sido bien demostrado que en niños y en personas de la tercera edad esta herramienta desarrolla y mantiene habilidades cognitivas. En especial, es utilizada en el espectro autista para ayudar a los infantes a mejorar sus habilidades de comunicación, reconocimiento y expresión emocional.

En la tercera edad se aplica para mejorar las rutinas de sueño y disminuir la depresión. También es recomendable en el diagnóstico de TDAH para mejorar la los tiempos de concentración y calma. Sin embargo, todas las personas que tienen un tipo de aprendizaje con predominancia auditiva tendrán un gran aprovechamiento de la musicoterapia.